SIETE CLAVES PARA MANTENER VIVA LA LLAMA DEL AMOR

Los estudios más recientes llevados a cabo por los investigadores de la conducta humana han logrado precisar, con bastante claridad, las diferentes etapas por las que transitan los vínculos románticos. Se ha determinado, por ejemplo, que la primera etapa, comúnmente denominada enamoramiento irracional, dura entre los seis meses y un año. Y el enamoramiento intenso entre dos a tres años. Transcurrido este tiempo, las relaciones de pareja tienden a calmarse, a sosegarse, a racionalizarse. Es decir, el corazón ya no late aceleradamente cuando recibimos un mensaje de texto o una llamada telefónica de la persona amada.

Tampoco nos invade esa sensación extraña de mariposeo en el estómago o esa necesidad imperiosa de estar permanentemente cerca de aquel (la) a quien amamos. ¿Significa entonces que las relaciones de pareja tienen fecha de caducidad? ¿Estos cambios anuncian el final del amor? Definitivamente no. Se trata, más bien, de un proceso absolutamente normal y que sugiere la evolución, la maduración, la normalización y el equilibrio del sentimiento de amar.  

La primera clave radica en comprender y aceptar que una relación de pareja, sostenida en el tiempo, pasará por diferentes etapas. Al principio lo que predomina es la atracción física, primitiva, carnal, instintiva y, por ende, desencadenante de las más intensas emociones. Luego y a medida que el vínculo se consolida, el afecto y el compromiso van adquiriendo mayor protagonismo. La relación se torna más serena, más pausada, menos intensa.

Es por esta razón que necesitamos invertir ciertos esfuerzos para mantener encendida la llama del amor. Del mismo modo en que avivamos el fuego de las chimeneas durante los largos y fríos inviernos, el amor sano y bonito demanda ser vigorizado cada cierto tiempo. Generalmente, las parejas estables en el tiempo, los vínculos románticos de largo recorrido se caracterizan por emprender acciones orientadas a revivir momentos inolvidables similares a los vividos durante las etapas iniciales.    

Algunas recomendaciones…Siete claves infalibles…

 

1.-Con el transcurrir del tiempo, las parejas de largo recorrido tejen vínculos  profundos e importantes. A tal punto que, aunque ambos envejezcan, se siguen gustando, se siguen viendo atractivos uno al otro. Al pasar el tiempo, probablemente el referente de la belleza física ya no es la joven y curvilínea modelo, tampoco el apuesto y fornido caballero. Para estas parejas no existe mayor belleza que la de la persona con la que están acopladamente conectados (as). Entienden que las fachadas cambian, se modifican. Comprenden que la única belleza realmente importante es la que llevamos dentro pues no se marchita. Por el contrario, florece, se fortalece. Es por ello que, de manera natural y espontánea, halagan la belleza, la elegancia o cualquier otro atributo de orden físico de su compañero (a). Practica la galantería, los elogios, los halagos. Te garantizo que es un excelente modo de reavivar la llama del amor.  

2.-Las buenas conversaciones dotadas de un profundo humor y una alta dosis de complicidad son determinantes para vivir un gran amor. Saber dialogar, saber escuchar, aprender a resolver cualquier conflicto y volver a la armonía tendiendo un puente de comunicación fluido, constante, maduro y respetuoso es una de las prácticas más recomendadas.

3.-Fomenta el cuidado amoroso hacía tu pareja. Definitivamente, amar es cuidar. Una gran pasión se construye mediante los pequeños detalles cotidianos. Amar implica acción. Un acto de amor, por pequeño que sea, dice más que mil palabras. Además, en la acción de cuidar va implícito el valor que le otorgas al otro (a).     

4.-Planifica sorpresas. Los amores para toda la vida suelen nutrirse de buenas emociones. Y las sorpresas agradables activan emociones tales como la alegría, la lealtad, la confianza, el compromiso. Sorprender al ser amado y ser sorprendido nos hace reír, nos rejuvenece, nos vuelve niños (as). Por ello, el factor sorpresa resulta un aliado muy útil y efectivo a la hora de reavivar la llama del amor. Decídete a recordarle a tu pareja las razones por las que se enamoró de ti. Si fue tu buen humor…cultívalo. Si fueron los pequeños detalles…mantenlos. Si fue tu ternura…promueve las caricias. Si fue tu espíritu aventurero…improvisa un corto viaje.   

5.-Prepara encuentros íntimos especiales. Planifica una cena en casa o en el restaurante de su preferencia. Saboreen un buen vino. Ameniza el ambiente con la música que ambos disfruten. Crea un clima de misterio a la luz de las velas. Este será el preámbulo perfecto para propiciar una velada inolvidable. 

6.- Muestra interés y comparte las aficiones, los gustos de tu compañero (a). El compromiso es una de las mayores muestras de amor y de respeto. Y este nivel de compromiso incluye el hecho de formar parte, de disfrutar y compartir las actividades de la pareja. Incluso de aquellas que no despierten un gran interés en ti. Este compartirlo todo crea lazos indestructibles pues fomenta un sentimiento de incondicionalidad absoluto. Si a tu pareja le gusta el fútbol…disfruta de algún partido. Si más bien se trata de una visita a un museo…tómala de la mano y acompáñala en el recorrido. Escucha atentamente sus relatos e historias cuando llega del trabajo. Tal y como probablemente lo hacías en aquellas primeras etapas del enamoramiento desbordado. 

7.-Retoma el contacto físico. La rutina diaria, las exigencias de cada día pudiesen incidir en la forma de relacionarnos con nuestra pareja aun cuando el amor permanezca intacto. Olvidamos tocarnos, tomarnos de las manos, abrazarnos. Si percibes que la cotidianidad pudiese estar arrasando con las expresiones de afecto no dudes en retomarlas. Toma la iniciativa y serás retribuido (a) de la misma forma. El contacto físico, más allá de la sexualidad, posee efectos sorprendentes pues incrementa la hermosa sensación de compañía, de ternura, de amor infinito.

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